PEQUEÑA GUÍA PARA SOBREVIVIR EN LAS CIUDADES

ILUSTRACIONES DE GASTÓN PÉRSICO

I.S.B.N. N 987-43-3567-X
Queda hecho el depósito que marca la ley

Enamorados que confirman la teoría de la relatividad entre las hamacas de un parque, discusiones en un bar, accidentes, preguntas frente a un eclipse, diálogos en un neuropsiquiátrico, cajeros automáticos que atestiguan el polvo originario...
¿Pueden los inciertos postulados de la ciencia moderna, los malentendidos del lenguaje o los diversos avatares de la ultracivilización PRECIPITAR el hecho poético?
Tal es la pregunta que subyace en este breve volumen de postales urbanas, pequeñas escenas de la supervivencia en las ciudades sucediéndose como susurros entre la estática.
Allí donde alguien intenta hacer pie en ese incierto, preciso, lugar de tránsito desde el barrio a la estratósfera.






«—en el mar cualquiera puede flotar.
—sí, si sabes flotar, sí.
—claro, si no te vas abajo.
—y sí...»

(diálogo escuchado en los consultorios externos del Hospital Neuropsiquiátrico José T. Borda)

INTRO

un teléfono sonando contra la noche
a la luz lunar y mínima de la ultraurbe
herida por la lluvia

-

El mito urbano sugiere que determinados números clave podrían conjurar el horror del mundo.

A saber:
>>> la suma del análisis numerológico de las palabras que los amantes se escriben en las servilletas de los bares.
>>> la adecuada combinación de los datos de las agendas telefónicas olvidadas en casas de amigos.
>>> la clasificación de las colecciones de estampillas y boletos dividida por la desazón de los domingos.
Por el mismo mecanismo de develación cósmica, los mejores poemas se logran combinando las palabras de las pintadas de los murales.
La contrateoría del enunciado anterior denuncia un complot urbano contra la perplejidad perpetrado por:
>>> las estatuas humanas
>>> los vendedores discapacitados de lotería
>>> los repartidores de volantes
>>> los hare krishna
>>> los mimos, lógicamente...

Las buenas cosas están hechas de mitos.

-

DISCUSIÓN (I)

Parejas en estado de suspensión, donde un encuentro en un bar puede decidir su supervivencia o no. O, lo que es aún peor, como en aquel experimento del gato de Schrödinger, ocasionar una inexplicable superposición de estados: ni vivos ni muertos, ni juntos ni separados...
Ella entra al bar con un nuevo corte de cabello, gravitatoriamente rejuvenecida, radiante frente al autismo melancólico del joven.
—Estoy cambiando— anuncia. —Me levanto temprano, salgo a correr... ahora puedo dormir de noche. Encuentro un nuevo valor en las cosas simples. Estoy buscando cosas que me hagan bien.

Pronto él comprende que no está entre esas cosas.

-

En la pieza de un pequeño hotel a la entrada del otoño
alguien intenta la poesía a través de un sistema de frases e
inversiones.

Escribe:

no dejes a la noche a merced del poema
no dejes al poema a merced de su noche


Escribe:

ven a cantar en mi muerte
ven a morir en mi canto

En la pieza de un pequeño hotel a la entrada del otoño
alguien intenta el poema que le devuelva sus silencios.

-

jurarse el amor a la luz de las estrellas muertas...
revocar el dictamen unilateral de la flecha del tiempo al superar una velocidad determinada...
las complejas ecuaciones del tiempo relativo hallan fácil resolución en una situación cotidiana: por la noche, en las plazas, en el arenero de los juegos infantiles, allí donde los enamorados buscan refugio y ella repentinamente comienza a hamacarse y ríe con ganas y se hamaca más fuerte hasta que el vértigo la invade y salta hacia los brazos de su amado que la recibe convertida en la niña que fue.

-

«Dios da con una mano lo que quita con la otra»— dice el refrán popular. «Dios aprieta pero no ahorca».«Le da pan a quien no tiene dientes». Me salvé porque Dios es grande —dice el sobreviviente a un accidente entre hierros retorcidos y cadáveres torsionados. Dios es grande, ¿depende de qué lado se lo mire?

¿Cuántas caras tiene el multicuerpo fantasmal de este inasible padre omnipotente?

-

-

DISCUSIÓN (II)

el joven (desesperado): —¿No te parece lícito suponer que toda la materia del Universo, seres humanos incluidos, nos hallamos unidos por ese misterioso vínculo inmaterial e instantáneo en el que todo el mundo conocido no es más que energía misteriosamente bloqueada?
la joven (desconfiada): —Perdón, pero no te entiendo.
el joven: —¿Tomamos un café y te lo explico?
la joven: —¿Tantas vueltas para eso?
-

Tenemos museos, bibliotecas, obras de arte, gigantescas catedrales de la literatura y la sobreinformación dañando nuestra capacidad de asombro. Un caudal de datos que jamás podremos abarcar. Pero quizás la precisa prosa de un prospecto de remedios contenga en sí el resumen de toda la sabiduría existente. En este panorama alguien se acerca y nos pregunta qué libro llevaríamos a una isla desierta. ¿Podríamos prescindir de la cultura? ¿Qué tal «El manual del acampante»? Esa prosa poética acerca de «cómo hacer fuego en la montaña», «instrucciones para pasar la noche en un bosque». Cuán bella resulta esa economía zen del vocabulario: «fuego en la montaña», «noche en el bosque»... ¿Acaso se precisa más poesía? Un manual de supervivencia...
¿no todo en la vida se trata de eso?

(Por algún particular designio el ser humano cuestiona mientras todas las otras formas de inteligencia sólo se preocupan por vivir. ¡Particular espectáculo el de toda una especie autoestrangulada con su ego!)

«La razón no es una inteligencia que comprende sino una ignorancia que discute».
(Sri Aurobindo)

¿Un escritor que no cree en las palabras?
Escribir como una preparación para el silencio.

-

¿Sólo se trataba del ruido del camión recolector de basura
o escuche a la noche mareándose sobre tu lecho, derramada sobre tu cuerpo clamando por un lugar, encendiendo para siempre la piel de tu comarca?
¿Vi a los espejos estallar desde tos ojos, trizar desde un reflejo hacia tu miedo para ya nunca más amanecer
o era solo el reflejo de una sirena de emergencias contra la penumbra de la habitación?

-

-si el mundo ensaya su final donde la lluvia es sólo eso
y no guardan oro los arco iris y nuestros movimientos
se desacostumbraron a mares y montañas
y si ya nada nos convoca en torno al fuego
son necesarios abrazos inmensos
para desandar a la muerte-

-

eliana ora a su dealer, llama a su líder, palpa su póster
(ama y arma), pesa gramos de su forma por talco sobre
el espejo, tira líneas de su abismo sobre la tarjeta
de papá.
-por nada he de pisar las copas que mi ayer ha
perdonado- dice y se persigue frente al espejo
y pone llave a la puerta de sus días.
aún así sabe dónde estará esta noche cada uno
de sus amigos y sabe de los mendigos durmiendo
sobre los bancos de la plaza y la música otoñal
de los barrenderos.
eliana esta noche no sale y aún así recorre
la ciudad.


En la cabina de un cajero automático alguien ingresa su tarjeta, marca el código adecuado y, en lugar de billetes, obtiene polvillo de huesos humanos. Son los restos de un cementerio indio que cien años antes estuvo en el lugar.
El buen ciudadano maldice pero como dicen las abuelas, maldiciones de verdad eran las de antes.

...los restos de un dinosaurio bajo la peatonal...

-

DISCUSIÓN (III)


El joven insiste tras la ventana de un bar:
—Es la coincidencia entre dos factores, conectados entre sí, no por casualidad y raramente a través de su significado.
—¿Qué?
—Imaginemos que dos partículas estuvieron conectadas en algún momento y, ahora, están separadas... digamos que una está en Nueva York y otra en Tokio. Entonces si alguien altera mínimamente la partícula de Nueva York, el físico que está trabajando en Tokio repentinamente encuentra que su propia partícula se altera sin explicación visible...
—No me vengas ahora con Jung. Lo hubieras pensado antes.
—Es como esa metáfora alquimista que dice que el solo acto de arrancar una flor estremece las estrellas.
Es... científicamente imposible que estemos separados.

-

-

CIENTIFICO

I: (el origen)

Yardas, parcelas del cosmos
que una bacteria atraviesa
buscando un lugar donde posarse
montada en un cometa
con la existencia toda comprimida
en apenas un punto
diásporas, distancias imposibles de medir
en el viaje de tan sólo ese microvirus
cuya información
profanará la aridez del universo
viajando, atravesando las constelaciones
hacia donde tal vez en algún lugar esta vez
la vida
sea posible.

II: (la manifestación)

enumera hilos, sutilezas, conceptualidades
objetiviza abstracciones, clama por un nombre
sustenta teorías, enviste profetas, erige milagros
teoriza niñerías, adjetiviza naderías, trueca evidencias
no puede saberse desde esa pálida luz que reflecta una disección
entonces aforiza nombres, vaguedades
hila azares, nimiedades, desencuentros, causas,
causalidades para tramarse a sí mismo
desde una lógica, un orden que lo nombre.

III: (el tao)

aún así un caminante cuenta las estrellas condenado a no saber.

-

muchas moradas en la casa de mi padre

alcoba
niña
altillo
árbol
lugar

DISCUSION (IV)

Tras los vidrios empañados el joven insiste
con su explicación:
—Veamos:
Tras los vidrios empañados el joven insiste
con su explicación:
—Veamos:
1- el universo como un entramado de electrones conectados por interacciones oscilando rápidamente atrás y adelante en el tiempo.
2- se puede materializar una transferencia de acción instantánea entre dos entidades separadas por no importa qué distancia.
3- se puede materializar una transferencia de acción instantánea entre dos entidades separadas por no importa qué distancia.
4- muero por verte bailando desnuda en los bordes de mi desconcierto en no importa qué dimensión.

-
¿Qué ocurre cuando dos universos
paralelos se rozan, se tocan
colapsando dos posibles formas de
realidad, sembrando prodigios y
paradojas?

-

El cosmos despliega sus prodigios y catástrofes hasta que una mirada lo fija en una postal (inevitablemente subjetiva). Lo dice o lo desdice o lo decide desde un pre-juicio.
Y aún así el mundo acontece.

-

Un joven marcha con la pancarta desesperada de todos los por qué hacia la garita de seguridad celeste donde Dios lo atiende y le dice:
-Oiga amigo, yo sólo hago mi trabajo.

-

La fugacidad nos estaquea junto a la sombra de todo lo que podría perderse.
El amor resiste en el río de las dos veces.

-

Un chico pasado de alcoholes repentinamente se recibe de arqueólogo, al caer ebrio contra la pared de un baño público, el gran baño de la inmensa estación de la que parten todos los trenes. El mundo todo reverbera contra esas paredes. Comprende que desde ese baño bien podría reconstruir el movimiento de la ciudad entera. Entonces aforiza:
«conocerás a tus vecinos por la basura que saquen a sus puertas»
Todos los trenes parten sólo unos metros más allá.

-
...tatuajes, aros, fiestas bailables, estadios repletos, crímenes, violencia callejera... no hay cristianos arrojados a los leones ni luchas de gladiadores ni aldeas ardiendo en la penumbra ni los hombres de antaño abandonando las cavernas garrote en mano...
pero aún así nada ha cambiado demasiado:
aún nos sobrevive la memoria del
cazador.

(crepitar del fuego en la noche primitiva.
que todo tiemble con la fuerza de tu odio).
-

Imaginemos la siguiente situación: luego de viajar durante años por el espacio exterior, X se reencuentra con su hermano gemelo Y, que en la tierra ha envejecido más que él. El solo hecho de pensar que el hombre en el cosmos viviría eternamente podría ocasionar manifestaciones (equívocas o no) contra la ley de gravedad. Consideremos los efectos de la paradoja en un ejemplo del barrio: las trillizas. Imaginemos que una de ellas se transformó en una abnegada ama de casa, mientras la segunda obtuvo un alto cargo como ejecutiva mientras la tercera, neohippie y psicodélica, pasa su vida danzando de fiesta en fiesta (es decir, se dedica a viajar por la estratósfera). Ahora, adivinemos cuál de las tres envejeció más.

-
Casi tanto como los asesinos seriales, las fobias son un producto urbano. Al anonimato de los cuerpos amontonándose en una peatonal o al enclaustramiento neobúdico en un ascensor. A los insectos sugiriendo una grieta en el orden del mundo moderno. El temor a las cosas grandes, el temor a las cosas pequeñas. La dislocación de las perspectivas denunciando el error del mundo. La desproporción. Probablemente la nada necesita limitaciones existenciales. Adjetivar el vacío.
Sin olvidar el insecticida.


el tren detiene su marcha porque otro hombre
ha caído. pero los muertos desconocidos sólo son
estadísticas ¡bienvenidos al error de la máquina!
ante la proliferación de accidentes automovilísticos
bien podría fundarse un comando de peatones
atropelladores de automóviles.

-

ADIVINANZA:
¿Por qué duele vagamente cada amor que nace produciéndonos esa paradójica sensación que bien podríamos denominar como añoranza DEL PRESENTE?

RESPUESTA:
Porque nos recuerda que alguna vez estuvimos solos
o que podríamos volver a estarlo
o que lo estaremos siempre en verdad
en el eterno ahora de nuestro transcurrir.

-

¡Vaya con la información! ¡Tamaña cruz la hipercultura! Yacer frente al televisor con mirada de vaca degollada.
Escuchar cosas tan extrañas como “hubo un terremoto en Los Angeles”
Analicemos:

>>> ¿Cómo puedo saber que existe L.A. si jamás estuve allí?
>>> ¿Qué demonios es un terremoto?
>>> ¿Un televisor?

Un mundo de “realidades basadas en la ficción” donde la mirada microscópica ha creado realidades microscópicas donde cada teoría desespera por ser complacida.

PD: Lo olvidaba, las maquetas de Hollywood.
PD 2: ¿Hollywood?

-

Sobre la acera húmeda una hoja de periódico da cuenta de un logro científico: investigadores dicen haber detenido por completo la luz, haberla almacenado y liberado luego, como si se tratara de una partícula de materia común. ¿La luz detenida se relanza potenciada?
El prodigio de la luz inmovilizada como una metáfora perfecta de la incubación de toda la violencia del cosmos (la luz del mundo detenida precipita el avance de las sombras).
Sobre la acera la hoja del periódico se expone a la violencia de la lluvia y sólo unos metros más abajo crece el odio gigantesco y todopoderoso: el negativo del amor.
Allí donde un chico del cemento carga su jeringa o baja la muerte a metadona en miligramos, retiene la luz en su pecho y arremete furioso contra los molinetes y los guardias presto a relanzarse potenciado contra los subterráneos, huyendo a través de túneles y escaleras desde ningún lado hacia ningún lugar, como a través de los universos paralelos.

-

>>> movimiento de plazas bajo la lluvia
de hamacas sobre el lodo y gotas cristalizadas sobre el carrousell, de los perros rastreando los olores y la herrumbre en los postes de los juegos.
los viejos en los bancos y los borrachos y las mesas con tableros de ajedrez y el deshojar de todos los futuros,
donde la vida gira.

el llamado del silencio sobre nosotros


>>> umbrella
un paraguas cerrado guarda en sí la memoria de la intemperie, la transitoriedad de quien se apura en los andenes. tiene pliegues que prometen su cobijo y temor a la acción cadaverica del viento.
ha vagado en la sordidez de la noche sin luna, la gran noche de vampiros, criminales y poetas. así como un paraguas roto en la calle aguarda con avidez la mirada atenta del pintor, un paraguas cerrado anhela ese destino suicida de los paraguas rotos en la lluvia...

el llamado del silencio sobre nosotros

-

Hay cierta religiosidad en el acto de colocar cierto número de monedas en una máquina expendedora de boletos. Cuando el resultado es el adecuado y el aparato no expulsa con violencia las monedas invitándonos a repetir la operación, consideramos la existencia de Dios como una probabilidad cierta. Intuimos un cierto orden en la violencia del cosmos. Surge el sentido. Una forma encantadora de orden dentro del caos. Donde la salvación no queda tan lejos. Está al alcance de la mano, en unas pocas monedas que juegan la suerte del universo.

-

DISCUSIÓN (V)

Tras la ventana empañada de un bar la discusión prosigue:
—Podrías explicarte con mayor claridad? -pregunta ella,
cansada.
El sacude la cabeza e insiste.
—Sí. Dentro de diez años aproximadamente doblaré borracho por una calle. Este acto, aparentemente insignificante, evitará que muera producto de los golpes propinados por una pandilla que me hubiera atacado de haber seguido caminando en línea recta.
—¡Pero eso no tiene nada que ver con nosotros!
—¡Sí! De haber seguido caminando en línea recta no estaría aquí hoy. Porque habría muerto. Por lo menos en este universo. Es así, linda.
—Me dijiste linda.
—Esto nos demuestra que no existen equivocaciones. Todo error será un acierto en el final. No sabemos que haremos próximamente pero sea lo que sea, será determinante para nuestro pasado y presente, si entendemos que
mañana también es ahora. Y ayer.
—Me dijiste linda...

-

DIÁLOGO:

—¿Pinta?
— Sí.
—¿Una naturaleza muerta?
— No, una naturaleza enferma.
— Cielos, eso es grave.

-
ZEN ZUBURBANO:
En un refugio suburbano, cerca de los trenes muertos, el niño mira azorado el cielo de la noche, inquieto por el fenómeno celeste.
—Madre —pregunta asustado. -¿Qué ocurre en el cielo? ¿Acaso los dioses están devorando la luna o sólo se trata de un eclipse?
—No temas hijo, las divinidades están devorando la luna a dentelladas.
—Oh, gracias madre por traer tranquilidad a mi corazón. Temí que se tratara de un eclipse.

FINAL

qué nos dirá marcha o latir
suave crujido en la hojarasca
andar de cuerpo hacia el silencio.

-

plus

1. poema
2. cuento breve

-

DARSENAS
(hoja de bitácora con proa a los abismos)

a Patri

«o we will know won't we?
the stars will explode in the sky
o but they don't do they?
stars have their moment and then
they die».
Nick Cave. (Are you) The one that I've been waiting for?



duele el blanco de la ropa doblada que guarda
todas las soledades
el algodón de la ropa que pliegas. tebas. te vas.

te vas sin mirar hacia atrás
(te convertirías en estatua de sal)
pequeñita contra el crepúsculo

DARSENAS. estoy perdido y voy a descontarle a
la muerte cada segundo sin tu cuerpo.
MUELLES. no hay sino partires.

Aqui lo que sobrevivió al invierno
las copas de coñac los poemas los reproches
tu afición a las tablas contra el autismo de mi
retraimiento
tus cuentos eróticos y mis poemas de disolución
los ecos sensuales de tus loops
y las grietas en la madera
de mi guitarra
tu cuarto en la terraza con velas
y mis cicatrices de otra pelea

blues de taberna tus labios con patti smith y cigarrillos
con los cafés literarios y los enojos y las poetisas
muertas
tus tomos de michaux y mi breviario de sylvia plath

DARSENAS. tus besitos. luz de los barcos a lo lejos.
creo que no hay faros.
no le creo al amor no le creas

no nos estremecía estar tan juntos?
no nos asustaban nuestras mutaciones en la
oscuridad?
no nos teníamos?
no nos temíamos?

no fue el invierno más violento en años,
ahora
recuerdas?

el gigantesco árbol derribado por la tormenta
cortando la avenida
el café por la mañana, las noches con neil young y
vino barato
tu polvera de muñeca y mi estructura psicótica
tus tacos sobre los charcos y la niebla en mis ojos
tu book de perra y mis tabletas de pastillas
aquel parque a la entrada del otoño
y las hamacas que te retornaban niña hasta mis
brazos

tus gemidos en la semipenumbra de un teatro vacío
en el invierno de las hospitalizaciones
la sala de espera y las galerías de arte
tu llanto, no poder abarcarte...
en paseos por las calles de las putas
o en unidad coronaria
¿hay algo que podamos salvar?

Yo invoco tu espalda, la perfecta geografía de
tus lunares como un cartógrafo desesperado
(tus piernas me guardaban del horror del
mundo
el cosmos desmentía su error avisándome que
estabas allí)
te devuelvo tus cosas pero me quedo sin nada

¿qué se siente estar parada en medio de la
tormenta
qué se siente mi amada?
(¿cómo olvidas
cómo olvidas?)

DARSENAS. lejanía de querer. todos son lugares
para partir.
viajes ultraterrenos en las piernas de la noche

ahora qué será de las palabras
qué será de las promesas

DARSENAS
abandono pueblos bajo la llovizna
nunca la lluvia tuvo otro color

-



yo te sostenía exhausta entre mis brazos
porque el abismo bajo nuestro lecho era demasiado grande.
es tan grande el vacío que nos tiene?
se levantan los cuerpos de las ruinas del amor?

-

AREAS (EN DESPUÉS DE HORA)

— ¡No me preguntes por qué estoy llorando! ¡No lo sé!
La gente no sabe por qué llora...
—Entiendo. Tuviste un día difícil.
— ¡No, no hay explicaciones! No todo tiene una explicación. A veces no hay respuestas...
Melina impregna de lágrimas su pequeño pañuelo blanco, que pronto se llena de manchas negras, y llora aún más al constatar la ruina de su maquillaje. José, sentado a su lado, fija la vista primero en la luz fluorescente y luego en las paredes antisépticas del hospital. Contempla a su pareja y piensa que aún en plena crisis de llanto ella no pierde la elegancia. El pequeño pañuelo es preciso y adecuado, sus uñas largas de un color rojo imperturbable y el maquillaje corrido también le sienta bien. Y el pequeño delantal blanco en después de hora.
Melina acaba de terminar su horario de trabajo: es radióloga en el hospital por el que José la ha pasado a buscar a la salida de la redacción del periódico.
Ambos descansan de la jornada en un banco en la sección radiología.
—Estás hermosa —dice él, cortando un silencio tenso.
—Es difícil estar linda todo el día —se queja Melina entre sollozos, con una mueca indescifrable.
—No lo sé. Yo siempre estoy destruido —bromea José.
Melina insinúa una sonrisa.

No debe ser fácil sobrevivir en la ciudad. No deambulando entre calles y corredores o escapando a través de túneles subterráneos en busca de un sentido.
No debe ser fácil sobrevivir. No debe ser fácil permanecer alerta a las señales del cosmos ni el anonimato de las multitudes abovedadas con vocación de hormiguero. Resta apenas la voluntad de resistir con la fuerza animal de los dones.
Y allí están los atardeceres, y las horas pico con la gente apurándose en busca de un lugar. Y ese instante, posterior a la jornada, ese intervalo entre dos mundos donde los ojos se entrecierran en busca de alguna forma de interioridad.

Y esa tarde quizás la llovizna y el azar precipitaron dos hechos de apariencia insignificante que jamás se sabrían entre sí. Y estaba bien que así fuera. Claro que estaba bien.
Melina atendió a un hombre de mediana edad que necesitaba una radiografía de tórax, apenas uno de los tantos pacientes que le derivaban los médicos. Y que casi tanto como esa placa necesitaba de las formas cordiales que solía guardar con la gente que llegaba a ella. Y de pronto, inexplicablemente, se enterneció mirando la espalda cansada de ese hombre y su ropa interior un poco gastada y esa sonrisa amable de aceptación casi religiosa y los ojos plenos de batallas y cicatrices. Deseó que le fuera muy bien. Y lloró sin motivo el resto del día. Y lloró sin motivo alguno.
Apenas una hora antes de este hecho intrascendente, José debió cubrir para el periódico un espectáculo moderno: un accidente en una esquina (esa forma de arte instantáneo); la darwiniana adaptación donde la piel, la sangre y los hierros retorcidos alumbran la perfecta fusión entre el hombre y la máquina. Evitó mirar más de lo necesario. No quiso respuesta alguna. Evitó pensar en las dimensiones de su Dios. Rezó una plegaria por los cuerpos que claudicaron y se emocionó al reportear grabador en mano al único sobreviviente: un hombre de mirada vidriosa, nariz enrojecida y sonrisa indescifrable. Escuchó sus palabras mientras lo subían a la ambulancia y deseó con el corazón que le fuera muy bien. Era el mismo hombre al que Melina atendería minutos después de su ingreso al hospital. Tembló el resto del día esperando tan sólo el momento de ver a Melina.

Ahora, bajo la luz fluorescente, ambos intentan reponerse del día.
—Bien, vamos a casa —dice José. —No tengo nada que entender. Sólo quiero decirte cosas lindas y sucias.
Melina ríe aún entre sollozos.
—Y nada de noticias de tu periódico —pide.
—Definitivamente no —obedece José.
—Y nada de física cuántica, ni de poesía y ninguna de todas esas mierdas.
—No. Hoy no. No esta noche. Es una promesa.
José abraza fuerte a Melina, ambos se levantan y dejan atrás la puerta en vaivén que dice:

AREA RESTRINGIDA
NO AVANZAR

6 comentarios:

silvia camerotto dijo...

sí,lo aprendí a fuerza de querer terminar de construir.

silvia camerotto dijo...

ayer, recordé cuando usted me regaló este libro. pensé en las reparaciones, en ese escritor que se prepara para el silencio.
vivimos preparando nuestra vida para ello.
el papel es paciente, decía ana frank en su kitty.
sin grandilocuencias (las palabras grandes no son necesarias), hacemos nuestro cuerpo en la escritura. ha llegado su tiempo de la cosecha.
nada mejor que andar perdido.

Javier Galarza dijo...

brindar a la luna de las cosechas o tal vez como decía jabes "errar en la extensión infinita del libro". gracias sibila.

Karol Arcique dijo...

He terminado el primer libro,

quise leerlo dos veces, porque encuentro muchas ideas que comparto, desde el silencio que habita en nosotros al “somos uno y uno seremos…” ya lo diga la ciencia, lo diga la religión o mejor aun, lo diga la poesía…

...Dársenas..una fotografía en blanco y negro,es ese punto de desencuentro al que alguna vez llegamos...

me llevo mucho de este libro...mucho

saludos

Javier Galarza dijo...

gracias karol, me alegra que hayas llegado hasta aquí,"lo diga la religión, la ciencia o la poesía"...

Natasha dijo...

...creo que me fui más allá de donde debía ir, avancé entre quarz de aciertos y errores y me fundí en resonancias con el suave diapasón de mil voces. Ahora no tengo más que pensar que lo que leo es una puerta de poemas sudorosos, una línea traducida a varias lenguas cruzando el espacio-tiempo...

un deleíte Jg

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