DIARIO DE ABSTINENCIA

ilustrado con fotografías de ALEXANDER RODCHENKO

LUNES

Solo, tirado en la cama de un hospital, maldigo la luz del sol que me
hiere con violencia. Estoy atado al suero, y los médicos han interrumpido abruptamente mi dosis de tranquilizantes. Por momentos creo que no lo podré soportar. Repentinamente comprendo que todos los libros que he leído no me sirven de nada en esta situación. Y mucho más real que Nietzsche me parece mi nuevo amigo de la cama de al lado, que continuamente ensucia sus pañales. La realidad es este momento. No sirven glorias pasadas o futuras. Sólo el hoy y el ahora. Duele. Abruma.

Disolver un tranquilizante en una copa de coñac, un trago fuerte para intentar calmar esta sensación de que algo muy malo puede suceder, esta necesidad de mantener unido algo que irremediablemente se separa en mi, disolver esta forma de tensión que es el lugar donde el yo intenta resistir.
Entiendo que toda mi vida he intentado mantener cosas unidas. Esa tensión que me atenazaba era quizás un miedo a la fragmentación. Como si sólo hablara para no decir, nada sino rellenar el vacío con palabras. Pero no hay control posible sobre las cosas. O, aún más, uno es aquello que no puede controlar. Un grito, un llanto, un arrebato, una forma de pasión.

¿Y qué es el yo sino un intento desesperado de mantener unida una máscara, una apariencia, una farsa?

No más cigarrillos, no más tranquilizantes, no más alcohol, no más drogas, no más sexo, no volver a emitir un voto, no más el virus de la opinión, no más Lara llegando en la madrugada para dormirme sin pastillas.

«Desde que nacemos estamos comenzando a morir» —leo— y pienso que siempre estamos dejando cosas.

MARTES

Vuelvo a casa. He perdido algunos kilos y tengo hematomas en los brazos.
Estoy demasiado débil y todo es extraño y maravilloso y siniestro. He salido del juego y no sé si podré o desearé reinsertarme. Vuelvo como un extranjero, un turista o un amnésico. Como quien llega en la noche luego de un largo viaje. ¿Soy yo el dueño de esa enorme biblioteca? Pienso que debo haber sido una persona muy débil si necesité de todos esos libros para sostener mis ideas.
De pronto, el viento que agita mi camisa y arremolina las hojas del jardín, me parece un milagro. Eso es real. Es lo único importante.

Primeros efectos de la abstinencia: Cualquier ruido me sobresalta. No puedo dormir. Miro la televisión pero me siento incapaz de entrar en cualquier ficción. Lo real me jaquea. Me siento descarnadamente objetivo. Perdidamente objetivo. Conclusión: no es malo ver televisión pero es sumamente desaconsejable que la T.V nos mire. Comienzo a tener ideas sumamente extrañas: comer, dormir, ver el sol.

...mareo , sensación de ajenidad, entumecimiento, extrañeza ante las cosas...

Quité el cristal del portarretrato de Lara. Tomé su foto con dedos temblorosos. «Hola bebé» — dije y me largué a llorarla, a ese abismo de temblarla en mi cuerpo, de convocarla como una aparecida de las tardes, de llamarla hasta la afonía en las estaciones. Me dije «he de vagar». Hacia donde todas las calles tienen su nombre. Donde los cuerpos de las extrañas la acercarán y la llevarán como mareas. No más nena. Todo se abre a esta aventura de perder. De no más su piel.
(de labios baby desintoxicación nena sustancia toxi bebé)

MIERCOLES

La escena (1): Suena el teléfono luego de que al fin, luego de mucho esfuerzo, puedo conciliar el sueño. Salto de mi cama y me arrojo violentamente contra la pared. Tomo el auricular y grito hasta quedarme afónico. Durante algunos segundos no sé quién soy ni dónde estoy (no comprendo que en verdad nadie lo sabe). Durante unos breves y cruciales segundos el mundo todo es un lugar extraño y ajeno.

La escena(2):despierto en medio de la noche habiéndome dormido con la radio encendida. Por un instante, durante algunos segundos, sólo escucho un ruido informe carente de cualquier significado, como una interferencia o un lenguaje incomprensible. Grito de terror, de nada, de vacío. Unos segundos después comienzo a reconocer la voz de la locutora. Y algo parecido a las canciones. Lentamente el mundo vuelve a tener algún sentido. Estoy salvado.

Despertar por la noche en el mundo no simbolizado, no interpretado. El mundo imposible no apto para la vida. Un repentino retorno a esa definitiva extranjería del lenguaje y la imagen.
Hacia ese algo que siempre estuvo allí y es nada. De pronto mirar todo con una lucidez que hiere. Comienzo a cuestionar la raíz de cada acto, a ver los motivos detrás de las motivaciones.

preverbal:
...otra dimensión de realidad, en este caso VER con claridad los procesos tras las reacciones, ANTES DE LAS PALABRAS, más allá de esa inevitable tergiversación a la que los acontecimientos suelen estar sometidos...

movimientos del pánico: Es la espera. El vano movimiento del tiempo detenido. La agonía de un llamado que no llega. El horror de un tiempo de relojes. La brutal hostilidad de las cosas. La irrupción de la ajenidad en la frágil certeza de lo habitual. Cuando no hay mentira alguna que preste su cobijo. La ruptura. Las grietas en el suelo del mundo abriéndose bajo los pies. ¿De qué podrían servir en esta hora las palabras al otro lado de la pared, la constatación de una respiración agitada? El mundo puede tener sentido pero a unas cuantas millas de aquí. No cuando irrumpe una realidad sin metaforizaciones. Pido que haya otros momentos. No, que la vida no sea solo esto .Que esta celda tenga ventanas. Que haya algo más allá de esto. Que el miedo tenga una forma que moldear. Que el miedo tenga una forma.

JUEVES

.No se me ocurre mejor ejemplo — para ilustrar un caso de adicción compulsiva— que la figura de La Piedad de Miguel Angel. El rostro de una madre de mirada transfigurada por el dolor sosteniendo el cuerpo devastado de su hijo: la aniquilación del yo en una definitiva postal de la disolución de quién nunca hizo otra cosa que emprender un largo y desesperado viaje de retorno a los brazos de su madre.

(esa imagen última de jesús que parece decir «madre te devuelvo este cuerpo devastado, mi magdalena: no me toques, no estoy puro aún, no he subido a mi padre y tengo el cuerpo dolido de este mundo, soy todo estigmas y no se si podré conjurar este viaje»)

Abstinencia de Lara. Síntomas: duelen sus escritos en la pared. Duele el perfume de la ropa interior que olvidó sobre la cama. Duelen todas las canciones que a ella le gustaban. Duele acariciar esa foto de cuando Lara era nena. Hace llorar.

Entro a casa. Mi perro ladra y salta sobre mí, dándome un susto de muerte. Entonces, furioso, salto sobre él, aúllo y lo muerdo. Pero lejos de enojarlo, mi actitud parece divertirle. Intuyo que tiene menos ego que yo y no toma mi actitud como algo personal. Por ejemplo, cuando yo digo «llevo a pasear a mi perro» él no tiene intenciones de categorizar y anunciar cosas como «estoy paseando con mi amo.» Simplemente se limita a disfrutar del paseo y en eso radica su lección.

Leo un poemita de Emily Dickinson y me conmueve y le hablo como si pudiera escucharme tan blanca, tan muerta, tan eternamente sola desde su castillo de cristal a la lluvia de la eternidad. Porque ¿qué puede ser un poema sino una instantánea del vacío resistiendo en la llovizna?.

Palpo la distancia entre las palabras y el lugar posible: es lejos.

«El camino que sube y el camino que baja son uno y el mismo»
(Heráclito)

Los extravíos también son descubrimientos.


VIERNES

Vivir narcotizado es una sensación casi fetal, intrauterina, cercana al éxtasis de la iluminación búdica. Se busca la anulación del yo, el retorno al gran océano de la creación, al líquido originario, la magia de los fluidos, la indiferenciación, el gran mar de la nada, la muerte, la prolongación eterna de fantasías, ensueños y pesadillas. Entiendo que en la base de todas las adicciones está el deseo de prolongar cada momento de placer hasta lo imposible. Hay una cultura entera construida en torno al intento de evitar el dolor.

Diálogo:
—te escapás de vos mismo.
—ojalá pudiera hacerlo.

¿Es posible «escaparse de la realidad»? Que construcción vulgar...es metafísicamente imposible huir de uno mismo. El no compromiso es imposible. Estoy sobrepasado por el presente. Debo desplegar el tiempo, hacer a un lado lo irreductible de esta contingencia.

Actuar sobre la realidad es una forma de arte.

AGENDA: ¿puedo intentar amar todo lo que no puedo comprender?


xxx
Bajo el efecto de las sustancias cede el análisis crítico, se silencia el monólogo continuo de la mente, alivia el dolor pero se adormece la objetividad, estupidiza el juicio, acalla la conciencia de evolución. Las sustancias liberan de tal forma: los actos no se procesan, reina cierta levedad, se actúa, se deshinibe, se adormece, se deja de temer. Una forma dulce de despreocupación donde nada es mejor o peor. Tan solo deja de importar.

P.D.: En el silencio descubro que uno se pasa la vida siendo fiel a un libreto increíblemente absurdo. En algún momento confundí mi camino: creí que era más importante leer que jugar con mi perro. Cómo pude estar tan ciego ¿Sirve el conocimiento a través de la razón? ¿Sirve una teoría de la vida?

SABADO

A veces se torna difícil entender que, pese a todos los intentos de retorno al silencio y la indiferenciación, uno ya está viviendo y la vida es un estado de la naturaleza en la que todo tiene ciclos. Y todo tiene su periodo de abstinencia.

Comprendo ese verso de borges: el horror de vivir en lo sucesivo.

«La razón no es una inteligencia que comprende sino una ignorancia que discute»(Aurobindo).

Sospecho que el mundo tiene leyes extrañas de modo que en cuanto hemos aprendido de qué se trata todo esto lo abandonamos. todo se trata de caminar.

¿Conócete a ti mismo, destrúyete, luego existe?

Escucho hablar a sus neurosis, voces heredadas, impropias, aprendidas, apropiadas, expropiadas, expresiones reiteradas, escuchadas antes en algún lado. Nadie es dueño de un discurso.

Camino confuso y aturdido por el centro de la ciudad. Los bocinazos de los automóviles me sobresaltan. Librerías de saldos. Pornografía en feria de baratas. Lara, estoy mirando a las chicas de la rue morgue. Estoy débil y perdido. Renuncio a cualquier gloria pasada o futura. Soy esta desesperación (todo lo que intento amar), este mareo, este presente.

Difuso. confuso. irresuelto. inacabado. cuerpo y palabra. imagen sin resolución. niebla de una otredad. cocientización de una imagen hasta la completa reproducción mental de esa proyección, que incompleta, se manifiesta como un fantasma, ahora bien ¿quién o qué resolverá un cuerpo, una psiquis, una historia?

Comprendo que la certeza es una arbitrariedad absurda. Vivo mi dolor con una plenitud inusitada, como el placer o el amor. Comprendo y comprendido, me llamo a silencio.

¿Fue Almodovar quien dijo que la vida no está hecha a la altura de los sueños del hombre? Las expectativas. La realidad. El sueño y la vigilia. La visión que se tiene de uno mismo. La visión que tienen los demás. Las distancias que no pueden salvarse.

Clamo por resolución. Esa fragmentariedad, esa escisión, esa desunión de vocablos, esa agrupación sin orden de entes, de ideas y creencias que intentan seguir unidas, no trizar, no, como espejos estallados.

Burroughs alertaba sobre la adicción a las certezas. Todo cae con la violencia de la revelación. Me prometo ya no adherir a ninguna idea, a ninguna forma de verdad absoluta o visión totalitaria. Todo es falso. Todo es parcial. Todo tiene el color de los ojos de quien lo mira.

Agenda: no temer. Es parte de mi creencia paranoica: cuando uno teme el universo entero conspira para dar la razón. ¿O no actúa acaso el terror como una fe a la inversa?

Casi sin proponérmelo renuncio a las grandes obras: me conmuevo hasta las lágrimas con la belleza literaria de un prospecto de remedio.

Cuando Artaud decía «yo no estoy a mi altura» — desgarrado por tensiones internas que lo llevarían a colapsar— ¿no hablaría acaso de esa fuerza —esa voz— que nos dice que seremos mejores mañana o que éramos mejores ayer, esa voz imposibilitada de nombrar el hoy y vivirlo desde ese forma de la eternidad que es el ahora eterno? ¿por qué todo en la vida es pasado o futuro? ¿acaso el presente es inasible? y además ¿qué podremos entender en un mundo de relojes?
Brindo a la sombra de los que fui bajo el árbol efímero del hoy con serena nostalgia por los futuros inabarcables.


UN CAUDAL DE ENERGIA DEMASIADO VASTO AMENAZA CON HACER ESTALLAR UN CIRCUITO SENSIBLE. El peligro en los movimientos de la implosión.

Algo ha colapsado en mi sistema, escucho hablar a las personas y solo puedo escuchar la crispada voz de sus neurosis, sus discursos aprendidos, sus discursos expropiados.

(limbo?)

La distorsión del tiempo. las cosas suceden por delante de mí o por detrás. Mecánica del tiempo y desfasaje.

La visión es salvaje. el acto de ver es vasto y salvaje y primero.

Comprendo que la certeza es una arbitrariedad absurda. vivo mi dolor con una plenitud inusitada, como el placer o el amor. Comprendo y habiendo comprendido, me llamo a silencio.
Pienso, si pudiera tocar el dolor de manera de ser atravesado por él y no resistir el vendaval de sus tormentas —como cristo en la barca pidiendo a sus apóstoles que no teman – quizás el dolor y el miedo desaparecerían. Quizás no significarían nada en realidad.

Algo comprendo y, habiendo comprendido, me llamo a silencio.

DOMINGO

He dejado de desear. La flecha del tiempo desvanece su metáfora ahora que fracasan mis coordenadas en el espacio. Esta distorsión me hace parte de un eterno ahora. Este retraso-adelanto entre el gesto y la acción, pensamiento y palabra. Ahora palpo mi mentira, bajo de mi poder. Detesto mi paranoia. Pienso en frecuencia zen. No más colillas de cigarrillos ni tabletas vacías ni cajas de pastillas. Amor y viaje por el viento de las tardes. He de disolverme. He dejado de desear. Soy un hombre libre.

Taxi bajo la lluvia sobre la ciudad. No hay destino posible. Todo se trata de viajar. La conversación taxista -pasajero gira en torno a la violencia que el poder ejerce sobre los individuos. «La gente está drogada»- dice el taxista. En la radio suena «Todo el mundo está herido» de REM. Cuerpo extraño herido de ajenidades clama por semejanza. Porque no ha sido fácil llegar hasta aquí. Y todo el mundo hiere.

He visto la desolación en las calles de mis muertos. La abstinencia de la esperanza. Ni tus ojos tras la ventana de algún bar y toda la ciudad vacía. Como podemos estar tan dormidos. Eventualmente las muletas caen por voluntad o por su propio peso. Entonces se manifiesta una nueva forma de desnudez ante la nada. Arremete el vacío y otra instancia de realidad nos revela el misterio. Prendo una vela por todo lo que se deja y se pierde en este mundo.


LUNES

«Un hombre posee solo aquello que no puede perder en un naufragio» (aforismo sufí)

6 comentarios:

silvia camerotto dijo...

ambos sabemos, estimado, que toda lectura es interpretación. sin objetividades. como la resaca en la playa después de una tormenta armo, de su historia, otra propia. una des-historia. no hay miradas iguales. en estas horas, he llegado a creer, que ni siquiera hay miradas paralelas. aquí va:
«¿qué puede ser un poema sino una instantánea del vacío resistiendo en la llovizna? palpo la distancia entre las palabras y el lugar posible: es lejos. la visión que se tiene de uno mismo. la visión que tienen los demás. las distancias que no pueden salvarse. uno es aquello que no puede controlar. comprendo y comprendido, me llamo a silencio. un hombre posee solo aquello que no puede perder en un naufragio. casi sin proponérmelo renuncio a las grandes obras».

Javier Galarza dijo...

su lecura es propia de su talento mi estimada. bendigo y agradezco sus subrayados.

silvia camerotto dijo...

es sibila quien agradece, mi estimado. goethe hablaba de 'afinidades electivas'.

UMA dijo...

Con razòn....

Natasha dijo...

...te llevas las palabras de mi boca, y como te las llevas, yo las transformo en besos... besos que van a tus labios, para ser versos que estén en tu boca como en dulce cuna

Eres un tremendo escritor JG... me pareces divino y lo digo porque sé que adivinas lo que pienso, y yo te leo pensando en lo que adivinas. divinos tesoros en noches de luna

Naty

Javier Galarza dijo...

GRACIAS UMA
y
GRACIAS NATASHA POR HABER LLEGADO HASTA AQUÍ.
GRACIAS POR TUS PALABRAS, NATASHA, ME EMOCIONARON MUCHO.

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